LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL
La Primera Guerra Mundial, también conocida como Gran Guerra,b fue una guerra desarrollada principalmente en Europa, que dio comienzo el 28 de julio de 1914 y finalizó el 11 de noviembre de 1918, cuando Alemania aceptó las condiciones del armisticio. Tras seis meses de negociaciones en la Conferencia de Paz de París, el 28 de junio de 1919 los países aliados firmaron el Tratado de Versalles con Alemania, y otros a lo largo del siguiente año con cada una de las potencias derrotadas..Durante la Primera Guerra Mundial, las Potencias de la Entente -- Gran Bretaña, Francia, Serbia y la Rusia Imperial (a las que más tarde se unieron Italia, Grecia, Portugal, Rumania y Estados Unidos) -- lucharon contra las Potencias Centrales: Alemania y Austria-Hungría (a las que más tarde se incorporaron la Turquía Otomana y Bulgaria).
El entusiasmo inicial de todas las partes respecto a una victoria rápida y decisiva se desvaneció cuando la guerra se empantanó en un punto muerto de costosas batallas y guerra de trincheras, particularmente en el frente occidental. El sistema de trincheras y fortificaciones en el oeste se extendió en su punto máximo a 475 millas (764 km), aproximadamente desde el Mar del Norte hasta la frontera suiza, y definieron la guerra para la mayoría de los combatientes norteamericanos y de Europa Occidental. La vasta extensión del frente oriental impedía una guerra de trincheras a gran escala, pero la escala del conflicto era equivalente a la del frente occidental. También hubo intensos combates en el norte de Italia, en los Balcanes y en la Turquía otomana. Los combates tuvieron lugar en el mar y, por primera vez, en el aire.
En abril de 1917, se produjo un cambio decisivo en las hostilidades cuando la política de guerra submarina irrestricta de Alemania sacó a Estados Unidos del aislacionismo y lo llevó al centro del conflicto. Las nuevas tropas y el nuevo material de la Fuerza Expedicionaria Estadounidense (American Expeditionary Force, AEF) bajo el mando del General John J. Pershing, junto con el bloqueo en constante aumento de los puertos alemanes, a la larga ayudaron a cambiar el equilibrio del esfuerzo bélico a favor de la Entente.
Apenas conseguida, esta ventaja para las fuerzas de la Entente fue compensada por los sucesos que tuvieron lugar en el teatro de operaciones oriental de la guerra. Desde comienzos de 1917, Rusia, una de las potencias principales de la Entente, había sufrido una gran agitación. En febrero de ese año, el mal manejo de la guerra por parte del gobierno zarista había contribuido a inspirar un levantamiento popular: la Revolución de Febrero. La revolución forzó la abdicación del zar Nicolás II y puso en el poder un Gobierno Provisional de facciones liberales y socialistas, que a fin de cuentas estaba bajo el mando del miembro del partido Socialista Revolucionario, Alexander Kerensky. Este breve experimento con la democracia pluralista fue caótico y, en los meses del verano, el continuo deterioro del esfuerzo bélico y una situación económica cada vez más calamitosa provocó disturbios por parte de los trabajadores, los soldados y los marinos rusos ("Los días de julio").
La Primera Guerra Mundial representó una de las guerras más destructivas de la historia moderna. Como consecuencia de las hostilidades murieron casi diez millones de soldados, cifra que supera ampliamente la suma de las muertes de militares de todas las guerras de los cien años anteriores. Si bien es difícil determinar con precisión las estadísticas de las bajas, se calcula que 21 millones de hombres fueron heridos en combate.
Las enormes pérdidas a ambos lados del conflicto, en parte, fueron el resultado de la introducción de nuevas armas, como la ametralladora y el gas, así como el hecho de que los jefes militares no adaptaron sus tácticas a la naturaleza crecientemente mecanizada de la guerra. La política de desgaste, particularmente en el frente occidental, les costó la vida a cientos de miles de soldados. El 1 de julio de 1916, la fecha en que se produjo la mayor pérdida de vidas en un solo día, en Somme sólo el ejército británico sufrió más de 57.000 bajas. Alemania y Rusia registraron la mayor cantidad de muertes de militares: aproximadamente 1.773.700 y 1.700.000, respectivamente. Francia perdió el 16% de sus fuerzas movilizadas, la tasa de mortalidad más alta en relación con las tropas desplegadas.
Ningún organismo oficial llevó una cuenta minuciosa de las pérdidas de civiles durante los años de la guerra, pero los estudiosos afirman que 13 millones de no combatientes murieron como consecuencia directa o indirecta de las hostilidades. La mortalidad de las poblaciones de militares y civiles llegó al punto máximo al final de la guerra con el brote de la "gripe española", la más mortífera epidemia de influenza de toda la historia. Como consecuencia del conflicto, millones de personas fueron desarraigadas o desplazadas de sus hogares en Europa y Asia Menor. Las pérdidas industriales y de propiedades fueron catastróficas, especialmente en Francia y Bélgica, donde los enfrentamientos habían sido más intensos.
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